Subcultura


Subcultura se usa en sociología, antropología y semiótica cultural para definir a un grupo de personas con un conjunto distintivo de comportamientos y creencias que les diferencia de la cultura dominante de la que forman parte.
La subcultura puede formarse a partir de la edad, etnia o género de sus miembros. Las cualidades que determinan que una subcultura aparezca pueden ser estéticas, políticas, identidad sexual o una combinación de ellas. Las subculturas se definen a menudo por su oposición a los valores de la dominante a la que pertenecen, aunque esta definición no es universalmente aceptada, ya que no siempre se produce una oposición entre la subcultura y la cultura de una manera radical.

Características

Una subcultura es frecuentemente asociada a personas de todas las edades que poseen preferencias comunes en el entretenimiento, en el significado de ciertos símbolos utilizados y en el uso de los medios sociales de comunicación y del lenguaje. En ese sentido se dice también que las corporaciones, las sectas, y muchos otros grupos o segmentos de la sociedad, con diferentes y numerosos componentes de la cultura simbólica o no material pueden ser observados y estudiados como subculturas. Algunas de las subculturas son simplemente grupos de adolescentes con gustos comunes, como por ejemplo los emo. Es necesario observar que él interaccionismo simbólico es fundamental en una subcultura.

De acuerdo con teóricos importantes que han estudiado las subculturas como Dick Hebdige, los miembros de una subcultura señalarán a menudo su pertenencia a la misma mediante un uso distintivo de ropa y estilo. Por lo tanto, el estudio de una subcultura consiste con frecuencia en el estudio del simbolismo asociado a la ropa, la música y otras costumbres de sus miembros, y también de las formas en las que estos mismos símbolos son interpretados por miembros de la cultura dominante. Si la subcultura se caracteriza por una oposición sistemática a la cultura dominante, entonces puede ser descrita como una contracultura.

Ya en 1950, el teórico David Riesman distinguía entre una mayoría, «que pasivamente aceptaba estilos y significados provistos comercialmente, y una "subcultura" que buscaba activamente un estilo minoritario» (el hot jazz en aquella época) y lo interpretaba de acuerdo a valores subversivos. De esta forma, según Riesman «la audiencia [...] manipula el producto (y por tanto al productor) no menos que la otra parte»;

Así, cuando un miembro de una subcultura «escucha música, incluso si nadie está cerca, lo hace en un contexto de "otros" imaginarios: siendo de hecho sus audiciones a menudo un esfuerzo por establecer una conexión con ellos. En general lo que percibe en los medios masivos de comunicación está enmarcado por la percepción de los grupos a los que pertenece. Estos grupos no sólo califican las canciones sino que seleccionan para sus miembros de formas más sutiles lo que se ha de "oír" en cada una.»